Qué es el sistema y qué es lo que quiere?
Una pregunta gigante para una respuesta que se vive diariamente.
El sistema es de esas palabras que van adquiriendo significación dinámica. Cada quien entiende lo que significa el sistema de acuerdo a lo que necesite acomodar en el pensamiento. Y lo peor es que ni siquiera es una crítica, hay una especie de premeditación en que se sienta así. Sin volverse filosófico ni demasiado metafísico al respecto, el sistema es una forma de organización del poder que se vuelve automático. Una serie de relaciones que terminan definiendo reglas no escritas (ficciones operativas), y que estructuran el comportamiento de todo lo que está relacionado en ese sistema.
En el sistema feudal las reglas no escritas estaban sobre quién podía tener tierra y quién debía trabajar para quién. Un campesino sabía que tenía que arar la tierra, mover el ganado y nunca lo ponía en duda; y en caso de que lo hiciera, tenía una respuesta rápida y mística que hacía desaparecer rápidamente esa duda. En el sistema colonial, eran reglas sobre quién extraía recursos y de donde; pasaba lo mismo, no estaba definido en ninguna parte, simplemente el sistema hacía que pasara. Y esa era la magia del sistema, se sentía lógico y natural para todos los que vivieran adentro de ese sistema. Con reglas que si bien no estaban escritas — eran claras y organizaban el poder automáticamente.
Qué pasó con cada sistema? Colapsaron. Porque en algún punto las reglas no escritas no podían procesar los cambios que tenía el sistema. Con la Peste Negra y ante la escasez de trabajadores, los campesinos ganaron poder de negociación; sumado al contacto con otros sistemas (musulmanes o bizantinos) aumentaron la duda sobre preguntas como "por qué el hijo del señor es automáticamente señor?", en donde el sistema no pudo procesar y se terminó rompiendo. También colapsaron por cambios tecnológicos como por ejemplo la Reforma Protestante, que permitió a la gente llevarse una biblia a la casa y así entender las escrituras sagradas en lo privado, y solo con esa ruptura, cambió la lógica de creencias del sistema; cada quien entendía a dios de una forma distinta y eso terminó en el colapso de cómo se organizaba el poder en la Edad Media. Con el sistema colonial fue lo mismo, el mestizaje creó una contradicción que el sistema no pudo procesar. Las reglas no escritas decían que la sangre determinaba el lugar en la jerarquía, pero después de 200 años había demasiadas mezclas para sostener esas categorías. Cómo clasificar a alguien que es mitad europeo, un cuarto indígena, un cuarto africano? El sistema de castas se volvió absurdamente complejo y arbitrario. Además, muchos mestizos y criollos habían acumulado más riqueza y conocimiento que los españoles peninsulares, pero las reglas decían que seguían siendo "inferiores". La realidad contradecía tanto las reglas, que el sistema no pudo mantener la ficción y colapsó.
Y así con cada caída de un sistema, nacía otro:
Feudalismo (900-1500) → Absolutismo/Colonialismo (1500-1800) → Estados-nación (1800-1914) → Capitalismo industrial (1914-1945) → Estado de bienestar (1945-1980) → Neoliberalismo (1980-2008) → HOY (2008-presente)
En estos mil años se pueden ver dos cosas. Lo primero, que antes los sistemas duraban más, porque claro, a medida que avanzaba la sociedad era más difícil sostener esas reglas invisibles. Los sistemas cada vez se enfrentaban a más cuestionamiento y menos mecanismos para procesar las incoherencias de las reglas. Por eso, con el paso del tiempo los sistemas solo han podido durar décadas lo que antes duraban siglos. Por eso también -ante la velocidad de cambio- los sistemas no podían reestructurarse de ceros, sino que tenían que mutar, tomando partes del sistema anterior para incorporarlas al nuevo — por eso la lógica del Estado-Nación se mantiene como interfaz política, mientras un sistema económico se transformaba y ponía las reglas por debajo.
Lo segundo, es que con cada cambio no sólo aumentaba la velocidad sino el riesgo; cada sistema incluía a más personas, incluía más tecnología de destrucción y más interconexión entre los demás sistemas. El riesgo de que se pudiera acabar -no solo el sistema- sino el mundo entero, era exponencialmente mayor.
Y así llegamos al sistema de HOY. Todavía en distintos espacios no logran ponerse de acuerdo cómo llamarlo, hay quienes lo nombran “sistema tecnocrático” otros, “sistema de redes algorítmicas” dejando ver lo difícil que es entender el sistema actual.
Cuáles son las ficciones o las reglas no escritas de este sistema?
Van 5 que nadie podría poner en duda.
- Crecer o morir – Cualquier cosa, una empresa la economía de un país, una plataforma, no importa. Lo que no crece está en crisis.
- La eficiencia es sagrada – Optimizar tiempo/recursos está por encima de cualquier valor.
- Estar conectado – No tener internet/redes es estar fuera del mundo.
- Acceso gana a propiedad – Alquilar/suscripción vs. Posesión.
- Convertir todo en datos – Comportamiento, emociones, tiempo, movilidad, todo debe registrarse.
Seguro hay más reglas-no-escritas en este sistema y no falta dar ejemplos para saber que todas las personas sentimos la presión de esas reglas. Pero lo que sí podría llamar bastante la atención, sería pensar por qué no ha habido un colapso del sistema frente a la evidente contradicción -y cinismo- de estas reglas…
Cómo un sistema puede estar promoviendo el crecimiento infinito si vivimos en un mundo finito?
Cómo un sistema puede optimizar todo, si la obsesión por la eficiencia está creando un burnout masivo y destruyendo relaciones humanas?
Cómo un sistema puede exigir conexión total si eso destruye la privacidad, la concentración y la salud mental?
Cómo un sistema puede funcionar promoviendo que "no poseas nada" si eso está creando una sociedad más pobre, más precaria, donde la gente depende completamente de alquilar/suscribirse a todo pero nunca construir patrimonio?
Cómo un sistema puede funcionar convirtiendo todo en datos si las cosas más valiosas de la experiencia humana (creatividad, amor o intuición) no se pueden “algoritmizar”?
Otra vez, cómo no hemos colapsado?
La respuesta es simple y compleja: Porque el sistema aprendió a amortiguar cualquier intento de colapso. Aprendió a absorber cualquier crisis sin necesidad de resolverla, para así gestionar su impacto emocional y operativo; quitándole a la crisis cualquier capacidad de ruptura.
Crisis financiera de 2008? El sistema colapsó… Pero en vez de reconstruirse, inyectó liquidez desde los bancos centrales, premiando a los culpables y trasladando el costo a las generaciones futuras. No resolvió nada, solo cambió de manos el sufrimiento.
Crisis climática? El sistema lo volvió mercadeo. Se convierte en causa de consumo, en eslogan de marca, en justificación para nuevas formas de extracción. Greenwashing en vez de transición. La destrucción sigue, pero con buena conciencia.
Protestas globales 2019-2020? Desde Hong Kong hasta Santiago, la gente tomó las calles. Y qué hizo el sistema? Las convirtió en trending topic, escuchó simbólicamente, prometió reformas, para luego seguir igual. Aprendió que entre más indignación, más simulacro de escucha.
Covid-19? El mundo se detuvo, pero no cambió. En lugar de repensar el contrato social, digitalizó la precariedad. El trabajo remoto solo trasladó los costos hacia el trabajador vendiéndolos como "libertad". La salud se volvió mercancía premium y la vigilancia se terminó de normalizar.
Guerras en Europa y Medio Oriente? Se suponía que iban a fracturar el orden, pero el sistema reconfiguró las cadenas de suministro, creó loops de indignación en redes para polarizar, generar más "empatía" pero sin transformación real. El flujo de capital y tecnología siguen dándose con normalidad entre todos los países sin que el posicionamiento sobre la guerra importe.
Y así, el sistema actual previene cualquier crisis que rompa al sistema y cualquier oportunidad que sirva para repensarlo todo. Ya no puede transformarse, lo único que hace es adaptarse sin cambiar. Esa es su innovación histórica: ser el primer sistema que ya no promete justicia, ni estabilidad ni progreso. Solo promete no romperse nunca. Ser 100% resiliente se convirtió en la nueva religión del sistema. Ya no necesita ser justo o buscar el progreso de la sociedad - solo necesita ser indestructible. La gente ya no defiende el sistema porque sea bueno, sino porque 'es lo que hay' y 'siempre va a estar ahí'. La inevitabilidad se volvió virtud.
Cada crisis que debería debilitarlo en realidad lo fortalece. Porque más que sobrevivir a las crisis, el sistema ahora las digiere y las convierte en más poder, más control y más dependencia. Las crisis dejaron de amenazar al sistema para volverse su combustible.
Y eso es lo más peligroso de todo, porque cuando un sistema deja de justificarse por sus virtudes y solo se justifica por su supervivencia, es difícil darse cuenta en qué tipo de sistema estamos viviendo.
Un muy interesante análisis sobre las reglas no dichas que rigen nuestras vidas. 😻
Me fascinado tu anàlisis. Da para mucho